Muy pocas ideas son tan revolucionarias en el mundo. Es difícil crear productos intangibles que todo el mundo quiera consumir. Pero lo que ha hecho Simon Cowell no tiene ejemplo. Este magnate de la industria de la televisión tiene las franquicias más exitosas de shows, entre ellas las demoninadas "Idol".
Si analizan un poco, cuando empieza el Latin American Idol, hay decenas de patrocinadores interesados en pagar para que su producto sea visto por millones de latinomericanos de una veintena de países. A medida que el programa va avanzando, hay menos países, y por ende menos interés por pagar de parte de los patrocinadores. Ahí empiezan entonces los mensajes. Cada mini mensaje ayuda a palear el desinterés por el patrocinio. Tanto así que si apareciera una estadística de la cantidad de mensajes enviados por hora, me atrevería a decir que la mayor cantidad ocurre durante el último programa. Aparte de eso, cada canal tiene que pagar por los derechos de transmisión.
Y por otro lado, el American Idol, Latin American Idol, British Got Talent, y todos los otros (So You Think You Can Dance, America's Got Talent, the X Factor) se realizan en temporadas diferentes del año, de manera que habrá un flujo constante de ingresos.
¡Todo esto manteniendo a las personas contentas!
Simon ha logrado que los presidentes de los países a los que pertenecen los finalistas de sus shows, así como personas importantes, inciten a la población a que "apoyen" a su candidato. Y en cada país se genera una algarabía colectiva, mientras este señor se hace cada vez más y más rico. Sencillamente es un genio.
Y no me malinterpreten. Yo gocé el Latin American Idol, vi todos los capítulos de esta 4ta temporada, inclusó aporté con mini mensajes en más de una semana para que Martha ganara (ya que realmente la niña tiene talento). Soy de los que estuvo al tanto de todo lo que pasaba con los concursante de otros países, y creo que fue una temporada bien entretenida. Considero que la inversión de dinero que hice es ínfima comparado con el entretenimiento que tuve.
Pero aún así no dejo de asombrarme de la forma en que este señor logró sintonizarnos a todos en la misma frecuencia y sacarle provecho mientras nos mantiene entretenidos.