Comer saludable es caro.

Una de las cosas que me ha pasado en este espacio de tiempo que he estado lejos de los blogs, fue que me intoxiqué con un McDonalds (¡Ay! Si fuera en gringolandia, fuera rico). Esa intoxicación desencadenó en gastritis, y aquí estoy, con muchísimas restricciones alimenticias.

Lo de McDonald's fue un jueves, no fui al médico el viernes (pensando que eso era pasajero, ya que todo en la vida es pasajero... menos el chofer), y en la noche tuve que dejar de ir a la maestría y arrancar para emergencias con unos dolores de estómago que me estaban matando. ¡Suerte que aún no éramos agraciados con el SFS! Luego era fin de semana largo, y el martes cuando el doctor me ve, me dice que me va a hacer una endoscopia al otro día y que mientras tanto solo podía comer una papa hervida en cada comida y solamente tomar agua. ¡¡UNA PAPA!! Esa fue mi dieta. Me dolía más que la idea de la endoscopia en sí.

Luego del veredicto, me entregó una hoja con una pequeña lista de las cosas que puedo comer, y me dijo: "No puedes comer absolutamente nada que no esté en esa lista". Aunque he hecho trampa en contadas ocasiones, he tratado de mantenerme dentro de lo que dijo, pero es que sale demasiado caro. Además, los supermercados están llenos de comida que hace daño :) De verdad que es difícil acostumbrarse a no tomar nada embotellado, a no comer grasas, ni beber jugos ácidos. Sin contar los chocolates, la leche, etc. ¡¡Uff!! Ya me dio hambre.

Mientras me llevaba exactamente de lo que dijo el matasanos, rebajé 8 libras en 10 días. Ahora no le hago caso a su recomendación de la cantidad, y sigo comiendo cual recluso en restaurant luego de 30 años de prisión.

Espero que las restricciones aminoren la próxima vez que vaya...