domingo, junio 25, 2006

'tamo de selvicio

El viernes en la noche, me reuní con un grupo de amigos a jugar dominó en un colmado que queda en la Tiradentes entre la Kennedy y la Salvador Sturla... por ahí... Llegamos como a las 10 de la noche y habían cerca de 4 "efectivos" del departamento policial nuestro, sentados a una orilla del establecimiento, conversando, sin llamar mucho la atención.

Llegamos, pedimos la mesa y los dóminos, los muchachos piden cervezas y ponen cara de "¿tú estás enfermo?" cuando digo que no quiero beber. Tuvimos que cambiar la mesa después de matar 15 cucarachas que habían salido de adentro (no sé cómo una mesa de dómino puede albergar tantos de estos animales), y nos dan "la nueva". Desde que empezamos, uno del grupo le dice a los oficiales: No se vayan lejos, que ustedes van atrás. Ellos se sonríen, y como para no estorbarnos se mueven de sitio.

Cuando se están moviendo, veo que uno de ellos lleva medio discreto un pote de Brugal por los tobillos y otro que espera ser descorchado. Me río por dentro, pero no comento nada al respecto hasta que no se marchan (después que ambas botellas parecían recién fabricadas, sin nada de aquel líquido destilado de la caña).

Como a las 11 de la noche, se me acerca un señor:

- ¿Ustedes van a durar mucho jugando?
- Acabamos de empezar, pero siéntese y juegue atrás con uno de los que pierda.
- jejeje, no. Es que vamos a cerrar. Pero como yo a él lo he visto aquí (señalando a uno del grupo) les voy a dejar ese portal abierto, para que cuando acaben me pongan las sillas ahí y lo cierren, y me traen los dóminos y la mesa mañana.
- Wao, muchas gracias - le digo mirándolo con cara de incrédulo.
- Además, si quieren algo más de tomar, lo piden ahora y se los dejo en la nevera del hielo y también me cierran ese candado al irse.

Ya estaba a punto de que se me saliera una lágrima, cuando los muchachos comenzaron a sacar dinero para pedir más cervezas, y a lo que atiné fue a ordenar un jugo 100%. Eso es a lo que yo llamo servicio al cliente. Hasta el radio dejaron encendido con un volumen moderado.

Luego del shock, y de que me pasara con el anuncio de National Car Rental en el que el tipo se va dando gritos, diciendo: "Nunca antes me habían tratado así", seguimos en pleno juego. Como estábamos solos en el sitio, me sentía preocupado por la seguridad. Pero los agentes pasaron en más de una ocasión, haciendo ronda.

El servicio del colmado fue tan excelente, que cuando nos decidimos a irnos, el radio dejó de sonar. El dueño de ese colmado va a llegar lejos.

Cuando estábamos jugando la última "mano", vemos que los agentes pasan de nuevo y uno de los muchachos le vocea: "Se hicieron los locos y no vinieron a jugar", a los que uno de ellos, con tono de máxima responsabilidad responde: "No, comandante. No podemo. 'tamo de selvicio".

2 Comentarios:

At 10:33 p. m., Blogger Darío Martínez Batlle said...

Qué conducta!

Oye, pero qué colmadero más bacano ese!

:D

Hay que darle una visita!

 
At 10:48 a. m., Blogger Sarah said...

Mira cómo algo de DEBE ser la norma se vuelve algo extraño. Parece que son nuevos en el oficio los polis...jeje!

No puedo con el colmadero!!

 

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